No pienso salir al balcón

Aún recuerdo el último atardecer. El sol se escondía y a mí no se me pasó por la cabeza imaginar que podría ser el último sol que vería desaparecer tras el horizonte en un tiempo, pero vamos como todo en esta vida, nunca sabemos cuándo será la última vez, y sino que me lo digan a mí que aún sigo sintiendo tus labios cuando sin saberlo nos estábamos despidiendo. 

Llevaba tiempo sin pararme en seco. Hace unas semanas decía que mi vida, como la de la gran mayoría, se ceñía a días a los que les faltaban horas. Días entre trenes, coches, multitudes, trabajo y alguna que otra copa de vino a la que le hacíamos hueco sí o sí.

Estos días, aunque siga trabajando desde casa, estoy teniendo tiempo para tumbarme en el césped del patio de ocho metros cuadrados y ver la velocidad que llevan las nubes. Esta tarde tuve tiempo para ver la paz que emanaba  mi madre sentada en los escalones de la puerta de casa, desde donde se podía sentir el olor a lluvia que había dejado la tormenta dos horas antes. Ella sonreía y su cara reflejaba calma, se giró y me dijo que jamás había apreciado el olor a tierra mojada como lo estaba haciendo hoy. Creo que no tengo que deciros nada más. 

Todos sabemos que cuando esto acabe, porque acabará, no serán tiempos fáciles, pero habremos aprendido que hay tiempos peores. Quizás para la mayoría sea un agobio estar en casa aislado sin poder salir a tomar una cerveza, pero imaginad los que están en la misma situación viendo como su negocio empieza a notar esta crisis, o los que vemos como todos los sectores se suman a las grandes perdidas económicas y no sabemos si saldremos ilesos de esto. O los que están a punto de salir al mercado laboral y ven que la bolsa cada vez es más estrecha, o los que ya no tenían oportunidades hace dos semanas y cuyas posibilidades serán peores en dos más.

Por no hablar de todos aquellos que tienen que salir para cumplir con su trabajo, expuestos a todo, sanitarios me atrevo a decir que los que más y con unos recursos escasos y situaciones límites que ponen a prueba su vida día a día, de igual modo el resto de sectores que contribuyen y que son necesarios para que esta cadena dé resultados rápidamente.

Imaginad los que están en casa y han dado positivo, todos sabemos cuál es el colectivo de riesgo, pero la incertidumbre no nos la quita ninguna estadística o porcentaje. También están aquellos que tienen familiares en el hospital a los que no pueden visitar, para no exponerse, y lo único que saben de ellos es a través de una llamada telefónica. Aquellos que tienen otras enfermedades o diagnósticos previos a este virus que temen que el sistema sanitario por su colapso les quite horas de vida, o los accidentes que todos podemos sufrir en cualquier momento.  Y podría seguir, porque todos los hogares en estos momentos se ven afectados de una forma u otra. 

No pienso salir ni una noche a aplaudir al balcón, y me niego a hacerlo porque para mí no hay ningún colectivo expreso que sea un héroe directo. Un fallo en cualquiera de los engranajes en esta carrera podría suponer un destino fatal. Hoy hablaba con un amigo que trabaja en Renfe (transportando la mercancía que abastece los supermercados) y le expresé mi orgullo por él y su labor, para mí era un héroe más de esta cadena. Él me lo negó y me dijo que los héroes eran los médicos que él solo hacía su trabajo. Claro que sí, es cierto que los sanitarios están dando de sí todo lo que pueden y más, y lo hacen en situaciones quizás más límite que el resto. Pero a ellos de nada les sirve que salgamos al balcón si el resto no cumplimos con la parte que nos toca, y o si la cadena que por ejemplo abastece de suministros cada una de las plantas de los hospitales se rompe. 

Como mi amigo hay miles de personas más en este país, y en todos los sectores, para que la gran parte de la población pueda estar de cuarentena en su casa. Para mí somos héroes todos en esta situación, nadie ganará la batalla si no contribuimos todos, nuestra vida no solo está en las manos de los médicos, ellos no podrán hacer su trabajo si el resto no actúa con responsabilidad y sensatez.

Yo, os aplaudo a todos. Para mí cuando todo esto acabe, todos y cada uno de vosotros seréis los héroes de esta historia que algún día contaré a quienes no lo vivieron. Héroes que en condiciones límite hicieron todo lo posible por salir adelante. Por eso o salgo a aplaudiros a todos o...









Comentarios

  1. Yo salgo, y sabes por qué? Porque aunque todas esas personas que nombras, y en las que se incluye a mi colectivo, están expuestos al contagio, ninguno lo están como los médicos, enfermeras, celadores....ellos están en la primera línea de fuego. Porque hay personas, que aunque siguen haciendo que esto sea más llevadero, trabajan unas horas limitadas....el colectivo sanitario no. Porque, por suerte, tengo amistades que pertenecen a este colectivo y hacen turnos maratonianos, muchas veces incluso sin protección, durmiendo apenas unos minutos en una silla, apoyando la cabeza en una mesa. No como yo, que duermo en mi cama y descanso mi cabeza, que además tiene muchas menos cosas dentro que la de ellos, en una almohada. El resto de personas que siguen trabajando pueden estar en contacto con el virus...o no. Ell@s, el colectivo sanitario, si lo está. Eso es lo que yo salgo a aplaudir, a esas personas que exponen su vida para ayudar a los demás. Todos tienen sin lugar a duda mi admiración y sobre todo mi respeto....pero el aplauso y mi emoción mientras lo hago, va para ellos. 💚💚

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    1. Hola ;)

      Antes de nada quiero agradecerle que se haya pasado por aquí a compartir en tiempos de guerra sus palabras, ideas o emociones. Me hacen tremendamente feliz.

      Comparto con usted su admiración profunda por nuestros sanitarios, y lo haré siempre, solo que como le decía en la entrada mi aplauso lo hago extensivo y colectivo ya que no quiero que nadie se quede fuera de él. No menosprecio la impecable labor que está realizando nuestro sistema médico estos días y en condiciones límites, pero también quiero ensalzar el trabajo del resto, que quizás no se ve tanto, pero contribuye de forma proporcional para que no falle ningún engranaje en esta dura carrera a contrareloj. Quiero que todas las personas que estos días han visto como en cuestión de minutos su vida ha cambiado sientan mi más profunda empatía.

      De nuevo, muchísimas gracias, ojalá y siga pasándose por aquí a compartir con el resto todas las emociones que estos días nos desbordan, ¡qué tenga buena tarde! ;)

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