ERES LUZ

Os podría hablar de la luz del sol cuando baña mi cara sollozada, triste y callada, os podría hablar de la luz que se vislumbra por el marco de la puerta cerrada cuando llegas tarde de sorpresa y yo me hago la dormida, para que tranquilo y con cuidado roces mi piel ardiente, paciente y durmiente. Podría hablar de la luz del fuego de esa vieja cocina de gas que hace el mejor café del mundo los domingos al despertar cuando perecemos en la cama hasta que nuestros cuerpos se cansan el uno del otro, nuestras bocas se despegan y piden en silencio una tregua. 

Luz.

Podría hablaros de la luz de la calle olvidada de Madrid que yo descubrí hace años y que te enseño con mucho agrado, podría hablar de la luz del sol cuando se va entre mi cabello rubio enredado entre tus dedos que buscan guerra. Podría hablaros de la luz de tu sonrisa cuando te cuento el mítico chiste que no tiene gracia pero que a ti te encanta, podría hablar de la luz de tus ojos cuando brillan, cuando se inundan en medio de la tormenta y se reflejan de repente en los míos, calmándose, cerrándose y deshaciéndose de ese torrente de agua que los empañaba. Podría hablar de la luz del intermitente que siempre se me olvida quitar y que algún día colapsará la gran ciudad mientras tú suplicas clemencia a la izquierda y a la derecha. Podría hablar de la luz del baño que se apaga y la vela que se prende cuando decidimos que mejor juntos que separados, cuando decidimos que el vino dulce, la masa fina, o la moto al patinete.

Luz.

Hay tanta luz que a veces tengo que cerrar los ojos, me deslumbra y no me deja ver la realidad, me hace frenar en seco porque no sé qué habrá más allá, pero siempre hay una luz aún mucho más fuerte, como la luz del sol después del eclipse, una luz que me arranca, me recarga y tira de mí con fuerza, hacia no sé donde... Una luz infinita capaz de cubrir el horizonte de mi vista, capaz de llenar cada recoveco de mi cabello ondulado, de hacer que la llama del gas sea más incandescente, que el intermitente reviente y que, a mí, no me dé tiempo a perderte.


Una luz, que brilla, que emana de un cuerpo ahora dormido y que me atrapa. Eres luz. 



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