Cariño...
Cariño tengo problemas,
problemas cuando te miro a los ojos.
"Solo querrás realmente a una persona cuando al mirar sus ojos sepas que tu vida es plena. Solo sabrás a quien estás mirando cuando su mirada te toque el corazón. Solo sabrás de la transparencia de su alma cuando sus ojos sepan[puedan] mirarte con fidelidad". Solo lo sabrás, decían.
Solo lo sabrás, porque será tan tarde que por mucho que creas saber no podrás evitarlos, no podrás no mirarlos y no podrás no amarlos.
Decían que las miradas atrapaban pero lo que no decían eran que llegaban a bloquearte la razón, a dejarte sin sentido o a arrancarte el corazón.
¡Qué idiotas!, se veían tan bonitos por fuera, que nadie podría imaginar que dentro de ellos habitase la fiera más pura y desconcertante, aquella que podía matarte acariciándote, susurrándote o mirándote.
Cariño tengo problemas,
problemas cuando te miro y muero,
o cuando no muero pero no te miro.
En la luz de alba, en el viento de la tarde o en la oscuridad de la noche llegas sigiloso y me abrazas, me das la mano, me rozas la mejilla, me empujas hacia ti y me susurras que te vas, sin dejarme de mirar. Pero siempre vuelves, me revives y me vuelves a matar, y ¡Cómo decirte que ya no puedo más!.
problemas cuando te miro a los ojos.
"Solo querrás realmente a una persona cuando al mirar sus ojos sepas que tu vida es plena. Solo sabrás a quien estás mirando cuando su mirada te toque el corazón. Solo sabrás de la transparencia de su alma cuando sus ojos sepan[puedan] mirarte con fidelidad". Solo lo sabrás, decían.
Solo lo sabrás, porque será tan tarde que por mucho que creas saber no podrás evitarlos, no podrás no mirarlos y no podrás no amarlos.
Decían que las miradas atrapaban pero lo que no decían eran que llegaban a bloquearte la razón, a dejarte sin sentido o a arrancarte el corazón.
¡Qué idiotas!, se veían tan bonitos por fuera, que nadie podría imaginar que dentro de ellos habitase la fiera más pura y desconcertante, aquella que podía matarte acariciándote, susurrándote o mirándote.
Cariño tengo problemas,
problemas cuando te miro y muero,
o cuando no muero pero no te miro.
En la luz de alba, en el viento de la tarde o en la oscuridad de la noche llegas sigiloso y me abrazas, me das la mano, me rozas la mejilla, me empujas hacia ti y me susurras que te vas, sin dejarme de mirar. Pero siempre vuelves, me revives y me vuelves a matar, y ¡Cómo decirte que ya no puedo más!.
-El día que mires a los ojos, recuerda que te enfrentas a la verdad, elige si quieres seguir o mirar hacia otro lugar-
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