Rosa(s) eterna(s)
¿Por qué el sol a mí no me acariciaba?.
¿Por qué la lluvia no me cuidaba?.
¿Por qué vivía sola y el resto de mí no se alimentaba?.
Tantas veces al borde del precipicio. Tantas veces la tormenta llevándome consigo.
Mis pétalos empezaban ya a secarse. Mis fuerzas cada vez eran más lentas y se iban disipando poco a poco. Apareciste tú. Temblé y del miedo mi penúltimo pétalo cayó. Mi tallo flácido y sin aliento se curvó. Tu tacto, delicadeza y mirada lo sostuvieron y así fue como evitaron mi última caída al suelo.
Irradiabas luz como el sol. Llenabas cada parte de mi ser como la lluvia al caer. Me alimentabas con tu sonrisa y te llenabas con mi vida.
Al encender la vela descubrí quién eras. Y pude sentir que aún no había conocido lo que era vivir.
Tantas rosas han sido apagadas, apartadas y olvidadas. Rosas preciosas que se han visto marchitadas. Que se han sentido inferiores o que se han creído peores. Rosas que dejaron de sentir y de amar hasta que llegó quien las supo valorar.
Mírate al espejo antes de hablar o actuar y pregúntate:
¿Quién fue la rosa que te dio la vida?,
¿Quién será la rosa que te acompañará en tu camino? y
¿Quién será la rosa que cuidarás en el suyo?.
"Seamos Rosas Eternas"
Comentarios
Publicar un comentario