Déjame decirte
Déjame que te cuente un secreto. Déjame que te diga que las letras no son nada sin música, que el café es mucho menos sin azúcar, que el invierno sin nieve no existe, que el silencio mueve montañas y que las piernas te pueden volver a temblar, cuando menos te lo esperas.
Déjame decirte que el tiempo solo pasa en el calendario, que los días se quedan guardados y que las lunas vuelven cada noche. Déjame decirte que quizás puedas volver a sentir ese vacío interminable, pero que en mitad de tanto hielo siempre habrá una vela que se encenderá. Déjame decirte que no hay verano sin biquini, otoño sin charco que saltar o praderas por las que rodar. Que el blanco necesita del negro y que es mentira eso de que el gris es mejor. Que detrás de toda esta música, hay letras, una melodía que resuena cada día y que luego ya estamos tú y yo.
Déjame que te cuente un secreto, de esos que tú y yo sabemos, de esos que a oscuras o en penumbra, se hacen eternos. Déjame decirte que la lluvia puede volver a mojarte, pero que la madrugada puede volver a arroparte. Déjame decirte que el cielo a veces se abre y que el infierno a veces también arde.
Pero también déjame decirte que al igual que el frío necesita al calor, la lluvia al sol, la noche al día, o el ángel al demonio, lo bueno necesita de lo malo, sino no sería tan bueno.
Déjame decirte que vuelve a sonar la puerta del vecino al entrar, las llaves al chocar contra la cerradura y la cama, también vuelve a sonar, cuando en mitad de la noche miras hacia adelante y vuelves oír esos gritos apabullantes.
Déjame decirte que el sol da luz y que la luna da sombra, que el sushi nunca empacha y que el chocolate caliente de los domingos, con el bollo recién salido del horno, cura todos los males que el lunes augura. Déjame decirte que la estrella polar a veces se pierde, pero que nosotros siempre la encontramos. Pero déjame decirte una cosa, si la magia ya no te hace efecto, ¿cómo vas a continuar?
Y por último, déjame decirte que por mucho que yo diga aquí, solo importa como tú lo vivas desde allí.
Déjame decirte que el sol da luz y que la luna da sombra, que el sushi nunca empacha y que el chocolate caliente de los domingos, con el bollo recién salido del horno, cura todos los males que el lunes augura. Déjame decirte que la estrella polar a veces se pierde, pero que nosotros siempre la encontramos. Pero déjame decirte una cosa, si la magia ya no te hace efecto, ¿cómo vas a continuar?
Y por último, déjame decirte que por mucho que yo diga aquí, solo importa como tú lo vivas desde allí.
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