¿A quién miras?

Dime, ¿a quién miras?

A quién miras cuando la ráfaga de aire seco que choca contra tu pecho te deja sin aliento. A quién miras cuando la lazada se hace nudo apretando fuerte, muy fuerte cada uno de tus vértices. A quién miras cuando el futuro que esperabas ahora es incierto, y se dibuja en un mero lienzo ausente de pinturas y en abundancia de preguntas. 

A quién miras cuando el día amanece brillante, pero se desvanece tras una nebulosa apabullante. A quién miras cuando has perdido una guerra y tienes que curar tus heridas. A quién miras cuando metes la pata y por culpa de tu orgullo, necesitas que otros ojos te digan que debes ser tú quien pida perdón primero. A quién miras cuando pierdes un partido, pero sabes que esto es una liga y necesitas energía para el próximo encuentro. 

A quién miras cuando suena el teléfono con una mala noticia, cuando das el último beso y le deseas una buena partida. A quién miras cuando tu corazón se hace añicos o tú se lo rompes a otra persona. A quién miras cuando no sabes qué pantalones te sientan mejor o cuando tu mente y tu corazón se saltan la tregua que los mantenía en tablas.

Dime, ¿a quién miras?

A quién miras cuando alcanzas la meta o cuando te tropiezas y caes, pero te levantas en mitad de la tormenta y sin paraguas emprendes otra vez la carrera. A quién miras cuando te llega el mensaje de esa persona que un día se alejó sin avisar y ahora parece que la vida quiere otra nueva oportunidad. A quién miras cuando tus sueños parecen perderse y necesitas que alguien te preste los suyos para tú encontrar los tuyos.

¿A quién miras? 

De mirarlos tantas veces, esos ojos me enseñaron que quizás algún día no pudiesen abrirse nunca más para guiar mis pasos, callar mis demonios o tapar con un parche el agujero del bote salvavidas a tan solo dos millas de la meta. Quizás, algún día esos ojos profundos, llenos de calma y de vida no puedan darme aliento nunca más o "achinarse" con cada mueca de felicidad.

¿Imaginas que alguna vez esos ojos ya no están y no tienes a quien mirar?

Hace un tiempo que yo ya no los busco, porque hace un tiempo me planté enfrente del espejo y los encontré. Los equipos están bien para jugar a marcar un gol, pero debemos recordar que no hay mayor victoria que la de superarse a uno mismo en cada partido. Pedir consejo no está de más, pero debemos recordar que eso siempre tiene que ser una segunda opinión, que las guerras las ganamos solos, las victorias son nuestras y no tenemos que depender de otros ojos para levantarnos de las caídas, para buscar nuevas salidas o celebrar el triunfo de cualquier día.

Mientras contemplaba la luna, en el reproductor de YouTube me saltó un anuncio de una nueva canción, Ídolos de Shinova que decía algo así como, ¿qué podemos hacer? ¿quién nos va a salvar si todos nuestros ídolos cayeron ya?

Y así es, solo es un consejo que os doy, yo siempre buscaba refugio en otras miradas, hasta que descubrí que no hay mayor hogar que yo misma llena de fuerza, valentía y con la mente fría. Sed vuestros propios ídolos, porque como dice la canción, ¿quién os va a salvar sino?





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