VERSATILIDAD
Si tuviera que elegir una palabra para definir mi 2019 sin duda alguna sería versatilidad. Además, se ha convertido en mi estado favorito.
Siempre he tratado de adaptarme a cualquier situación, a cualquier persona, momento o lugar. Reorganizar y retomar el control de los días aunque fuese desde otra perspectiva. Acomodarme con facilidad y rapidez me ha hecho una mujer versátil, resultado también de la experiencia y las vivencias que hoy me han traído hasta aquí.
Hace unos días, en una fría tarde de noviembre de regreso a casa después de trabajar, andaba yo por las calles del centro de la ciudad con las piernas en modo automático, la cabeza que me explotaba y la sonrisa bastante agotada. Lo que para muchos puede ser normal, vaya.
De repente sonó una canción y sin darme cuenta estaba sonriendo como si alguien se hubiese acercado a mí y me hubiese ofrecido un chocolate caliente de la chocolatería 1902, mucho mejor que San Ginés por cierto. Esa canción no significaba absolutamente nada, pero me recordó a alguien. La versatilidad del momento tornó mi apagado rostro por completo, pero más que el momento fue la versatilidad de aquella persona que sin estar ahí me acompañó de regreso a casa y dibujó en mí un rostro feliz.
No os imagináis la de veces que he oído este año "qué difícil es encontrar el amor en estos tiempos", "la gente ya no quiere", "la gente es inconformista", "la gente tiene miedo al compromiso". No sería leal si no reconociese que yo un día también lo pensé.
Ahora no pienso para nada eso, y no es por que haya encontrado el amor de mi vida o no me haya topado nunca con alguna situación del estilo, sino porque he aprendido que bajo mi punto de vista el problema está en la versatilidad. Miedo al cambio, miedo a romper patrones, miedo a "que se repita la misma historia", miedo a hacer versátil nuestro corazón haciéndolo capaz de querer de mil formas distintas a dos kilómetros o a 500.
No se quieren adaptar los sentimientos a las personas, a las circunstancias y al momento, y claro pasa lo que pasa. Nosotros no somos los mismos que hace un año, y el que diga lo contrario...
No es que no se quiera compromiso, sino que quizás tenemos que preguntarnos qué formas de compromiso hay, y cuál es la que mejor se ciñe a ambas personas. Y no hablo de fidelidad o infidelidad, porque el compromiso para cada pareja puede significar cosas distintas.
No hay versatilidad, no se da tiempo a que la haya, y me aterra pensar la de trenes bonitos que se están quedando sin pasajeros por no ser capaz de hacer versátil el cariño y el amor. Por ejemplo, ayer ya comentaba que aunque amemos nuestro trabajo a veces nos separa de las personas que queremos y hace que estemos sin verlas más tiempo del que debería estar permitido.
Bajo mi punto de vista y mi experiencia yo me he negado a que esos ritmos frenéticos me alejen. Tenemos que aprender a hacernos versátiles los unos con los otros, ya no solo vale nuestra capacidad de adaptación porque quizás necesitemos instruirla de distinta forma con cada persona o momento si no queremos alejarnos de lo que realmente amamos. Y es que de eso se trata porque ...
nunca antes he asistido a mejor espectáculo que al de la versátil inmensidad de tu mirar
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