Personas
Una persona que me hace feliz
Es una de las frases más bonitas que he oído nunca. Cuando crecemos nos dicen que nosotros mismos vamos creando nuestro círculo, que nos hacemos más selectivos. Por norma general creemos que todas esas personas que se encuentran dentro nos hacen felices, porque hemos sido nosotros quienes las hemos dejado entrar y les hemos dado, además, su visado de estancia, sería estúpido haber abierto las puertas de nuestro hogar a personas con otro cometido. Estamos muy equivocados. No todas las personas que nos rodean nos hacen feliz.
Más experiencia, más madurez, más selección, más batallas y guerras para ver quién sí y quién no, pero aún así siempre hay alguien que se nos escapa, que cruza esa circunferencia de nuestro tan valioso círculo y allí se queda. Y sí, que fácil sería decir, pues quien no te haga feliz invítalo a salir. Si fuese así de fácil yo no podría escribir esto porque no tendría sentido.
Anoche estaba saliendo de la ducha, cuando escuché como por teléfono decía Estoy con una persona que me hace feliz, no pude evitar entre tanta tormenta del cielo de Madrid sonreír. No penséis mal, que seguro sé por donde vais.
Oír a mi amiga decir eso, hizo que el día turbio y tedioso cambiará por completo, sentí en esas ocho palabras lo importante que es sentir la felicidad al lado de las personas. Mi madre siempre me ha llamado 'lobo solitario', y es verdad, disfruto mucho de la soledad, y sí, también es importante sentirse feliz con uno mismo y a solas, pero sentirte feliz al lado de alguien es jugar en otra liga.
Me fui a la cama con su sonrisa, sus palabras y la felicidad que mutuamente nos damos, porque ella conmigo es feliz, pero yo con ella más. Ser feliz no es cuestión de reír, es cuestión de compartir, las risas, las caídas y las victorias. Los mensajes que no te atreves a enviar, la reunión que tienes miedo de afrontar, el nuevo trabajo al que llegar, los resultados del médico que tienes que solicitar, el nuevo destino en el que vivir, o el sueño que quieres cumplir.
Ser feliz es tener un día de mierda y con un solo un gesto invitarnos a dormir en la misma cama, como si los males allí se esfumasen, como si juntas fuésemos invencibles y no hubiese montañas más altas que escalar . Ser feliz es tener dudas, coger el teléfono y llamar a esos dos contactos de ese grupo que hace honor a su nombre 'gabinete de crisis', y que te salvan la vida día tras día. Y no, no te solucionan los problemas, pero te dan los pautas necesarias para que seas tú sola, con su voz de la experiencia, quien aprendas a tomar decisiones, a equivocarte y a superarte.
Hay también personas que te hacen feliz en la distancia, o que te hacen feliz sin ellas saberlo, pero de eso mejor os hablo otro día,
feliz viernes amigos, hoy lloverá, pero estoy segura de que podréis sortear la lluvia con alguna de esas personas que os hacen felices,
San.
Es una de las frases más bonitas que he oído nunca. Cuando crecemos nos dicen que nosotros mismos vamos creando nuestro círculo, que nos hacemos más selectivos. Por norma general creemos que todas esas personas que se encuentran dentro nos hacen felices, porque hemos sido nosotros quienes las hemos dejado entrar y les hemos dado, además, su visado de estancia, sería estúpido haber abierto las puertas de nuestro hogar a personas con otro cometido. Estamos muy equivocados. No todas las personas que nos rodean nos hacen feliz.
Más experiencia, más madurez, más selección, más batallas y guerras para ver quién sí y quién no, pero aún así siempre hay alguien que se nos escapa, que cruza esa circunferencia de nuestro tan valioso círculo y allí se queda. Y sí, que fácil sería decir, pues quien no te haga feliz invítalo a salir. Si fuese así de fácil yo no podría escribir esto porque no tendría sentido.
Anoche estaba saliendo de la ducha, cuando escuché como por teléfono decía Estoy con una persona que me hace feliz, no pude evitar entre tanta tormenta del cielo de Madrid sonreír. No penséis mal, que seguro sé por donde vais.
Oír a mi amiga decir eso, hizo que el día turbio y tedioso cambiará por completo, sentí en esas ocho palabras lo importante que es sentir la felicidad al lado de las personas. Mi madre siempre me ha llamado 'lobo solitario', y es verdad, disfruto mucho de la soledad, y sí, también es importante sentirse feliz con uno mismo y a solas, pero sentirte feliz al lado de alguien es jugar en otra liga.
Me fui a la cama con su sonrisa, sus palabras y la felicidad que mutuamente nos damos, porque ella conmigo es feliz, pero yo con ella más. Ser feliz no es cuestión de reír, es cuestión de compartir, las risas, las caídas y las victorias. Los mensajes que no te atreves a enviar, la reunión que tienes miedo de afrontar, el nuevo trabajo al que llegar, los resultados del médico que tienes que solicitar, el nuevo destino en el que vivir, o el sueño que quieres cumplir.
Ser feliz es tener un día de mierda y con un solo un gesto invitarnos a dormir en la misma cama, como si los males allí se esfumasen, como si juntas fuésemos invencibles y no hubiese montañas más altas que escalar . Ser feliz es tener dudas, coger el teléfono y llamar a esos dos contactos de ese grupo que hace honor a su nombre 'gabinete de crisis', y que te salvan la vida día tras día. Y no, no te solucionan los problemas, pero te dan los pautas necesarias para que seas tú sola, con su voz de la experiencia, quien aprendas a tomar decisiones, a equivocarte y a superarte.
Hay también personas que te hacen feliz en la distancia, o que te hacen feliz sin ellas saberlo, pero de eso mejor os hablo otro día,
feliz viernes amigos, hoy lloverá, pero estoy segura de que podréis sortear la lluvia con alguna de esas personas que os hacen felices,
San.
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