Cinco minutos
Hay cinco minutos que se hacen eternos y otros que deberían de serlo. En pleno atasco de vuelta, o en la puerta de casa aparcados porque llueve demasiado y además, suena La Casa Azul, ese grupo de música que siempre nos recordará al caos de aquella ciudad, cuando a octubre poco le quedaba para terminar. Son cinco minutos en los que no importa si allí fuera hace frío, la gente va con prisa o tiene miedo al lunes. Cinco minutos de luces, sombras, gotas intermitentes, deseos de cenar pizza o quizás de beber cerveza. Cinco minutos, esos fueron los que nos bastaron.
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